Este ha sido un tema un tanto complicado de estructurar es algo de lo que es muy recurrente conversar con mis amigos o cuando me preguntan por qué soy determinada en lo que hago.
La determinación es dada por diversos factores internos (¿me apasiona lo que hago?) y externos (money, jajaja). Conociendo a otras personas he aprendido que a todos nos mueven distintos factores y que todos funcionamos diferentes, tenemos ciertas particularidades: tenemos sueños que queremos lograr en nuestra vida.
¿Cómo comenzar? ¿Qué se necesita? Primero es tener la voluntad de cambiar y aprender. Suena cliché, pero eso resume a grandes rasgos el qué hacer cuando tu vida la consideras aburrida.
Así que aquí te muestro un paso a paso cómo preparar tu mente, estructurar y organizar tus ideas para lograr tus sueños:
1. Propósito de Vida
Podríamos discutir horas sobre este tema tan amplio, pero este apartado depende más de las definiciones que tienes en tu mente y qué tipo de filosofía te gustaría sumergir tus pensamientos para crear un escenario propicio de ideas.
Formularé una idea basada en lo que conozco y con lo que me he ido conduciendo hace un tiempo, me ha funcionado y he visto casos increíbles donde personas se han visto envueltas en esta corriente filosófica y han cambiado su vida por completo.
Estoicismo
Cuando pensamos en “tener una vida con propósito” y se debate sobre ello, se tiende a cometer el error de razonar a niveles superfluos arrojando el “¿quiénes somos?” sin interiorizar y contextualizar nuestra situación. Que es precisamente, lo que nos permitirá dar el paso adecuado a lo que requerimos.
Para ello es necesario clarificar tus intenciones. Cuando tus esfuerzos no están dirigidos a una causa o a un propósito, ¿cómo sabrás qué hacer en tu día a día?, ¿cómo sabrás a qué decir “sí, me comprometo a hacer esto” y a lo que tú no deseas hacer?, ¿cómo saber cuándo has tenido suficiente, cuando has alcanzando una meta, cuando te has desviado, si nunca has definido qué son esas cosas?
“Deja que todos tus esfuerzos se dirijan a algo, deja que mantenga ese fin a la vista. No es la actividad lo que molesta a las personas, sino las falsas concepciones de las cosas que las vuelven locas.”
– Séneca, Sobre la Tranquilidad del Alma, 12.5
Al hablar de filosofía, la mayoría de gente siente una especie de rechazo, lo ven como algo ininteligible, complicado y totalmente inútil. Y tienen toda la razón… la filosofía académica es un mundo encerrado y ramificado de filosofías en filosofías.
Pero ¿Por qué estoicismo en vez de cualquiera otra corriente filosófica? Es sencillo, las personas estoicas se caracterizaron por ir directo a la acción y no precisamente pasar meditando todo el día sin hacer nada al respecto.
A través de los siglos, grandes personajes han tenido en común la influencia, directa o indirecta, consciente o inconsciente, del Estoicismo: empresarios, presidentes, pintores, escritores… Lo han utilizado como forma de vida, como parte de su sistema operativo mental.
Es un tema bastante extenso y si gustas profundizar más en el profundo significado del “Memento mori”, este artículo es lo que necesitas.
Personalmente he optado por adquirir The Daily Stoic de Ryan Holiday. Es un libro que posee una meditación por día junto a explicaciones del autor aportando ejemplos, consejos y libros complementarios.
Teniendo claro que la claridad en las intenciones es una parte esencial para un propósito, comencemos a dejar la mente volar con las ideas.
2. Haz Una Lista
El principal objetivo de una lista son dos: liberar ideas y organizarlas.
Lluvia de Ideas
La creación y canalización adecuada de las ideas comienza con buscar un cuaderno (o papel), lápiz y soltar qué te gustaría hacer. Sí, no limites tu creatividad pensando en tu “realidad” actual, luego hablamos de ello.
Procura sean metas. Por ejemplo: “Conocer El Partenón” y no digas: “¿Cómo iré a conocer El Partenón si jamás he salido de mi país? No pienses aún en tus limitantes, piensa en lo que quieres lograr. Desde pensar en oficios que gustarías probar, lugares donde ir, mudarte a otra ciudad, anótalo.
Cuando tengas todas tus metas por querer hacer en tu vida, déjame decirte que ya hiciste lo más difícil: empezar.
Muchas personas viven rodeadas de sueños por querer lograr algo, pero jamás anotan sus ideas y créeme, la mayoría de personas son así. Tú vas a hacer algo por ti.
En fin, un consejo extra para tu lluvia de ideas es que hagas luego un mapa mental y tengo un artículo hablando de ello.
La Realidad
Esta parte es donde priorizaremos unas metas, colocaremos a largo plazo unas y descartaremos otras. Hablemos de realidades y aquí es donde tu ingenio se pone a jugar.
Para priorizar metas, suelen presentarse limitantes como:
– El escenario no es propicio para esta idea,
– No posees las herramientas o técnicas para generar esa meta,
– No percibes oportunidades para desarrollar esa meta; por nombrar algunas.
Define qué meta vas a analizar primero.
¿Qué se pretende obtener?
Anotarás qué alternativas posees para solucionar y llegar a esa meta. Será una aproximación de un plan real, las ideas conforme vas avanzando van tomando forma, así que procura no encasillarte con que sea perfecto.
3. Planificar tu Vida
A este punto muy seguramente estarás pensando: planificar no es para mí, ya lo he intentado. Eso es para personas productivas.
Vamos a romper el mito: ser productivo no es hacer muchas cosas al día, sino hacer aquellas cosas que son importante para nosotros y que nos acercan a nuestros objetivos.
Una persona ordenada se hace, no se nace. Y no te sientas mal si no logras ser ordenado en todo, mi cuarto es un desastre, pero mis actividades laborales y de ocio están organizadas por horas.
Así que sí, cuando quieres hacer algo por tu vida créeme que es un hábito muy sencillo de aprender. Puedes respaldarte de libretas organizadoras o aplicaciones tales como Trello, Asana o Airtable por nombrar las que he probado y funcionan conmigo.
La idea es que te tomes 15 minutos de un día (puede ser un día por mes o por semana) para organizar las semanas que vienen. De esta manera protejas la tentación de hacer lo primero que te venga a la mente, en vez de lo importante.
Comenzar a establecer las actividades
Como dije antes, tómate un día sea al comienzo o final de la semana para pensar cuáles son las actividades grandes a desarrollar. Por ejemplo, tengo una meta clara de hacer un recetario de postres. Pero… no tengo ni utensilios para cocinar, ni he investigado sobre qué postres quisiera hacer.
Antes que caigas en pánico, destaquemos las cosas más relevantes: comprar utensilios. Esa es mi meta grande de esta semana. Entonces comienzo a desglosar: debo investigar qué utensilios se usan para cocinar postres, cuáles puedo priorizar debido a que estoy comenzando y, por último, investigar los lugares con relación precio – calidad de los utensilios que debo adquirir. Muy bien, esto haré de mi semana.
Un libro no surge de la noche a la mañana, y debes crear tus mini metas semanales para ir consolidando todo.
Es un tema que posee muchas técnicas y métodos para desarrollarse. Planeo traerte toda esta información a futuro ya que todas las personas somos diferentes y tenemos distintas formas de medir nuestra producción y qué método se nos adecúa mejor. Así que si te interesa, déjamelo saber en los comentarios. 🙂
4. ¿Qué pasaría si prefiero no hacer algo al respecto?
A este punto podría suponer que ya lo deduces, pero intentaré decirte qué pasaría.
Responsabilizarse de nuestra persona no solo se rige a nivel económico y de salud. La calidad de pensamientos que procesas según lo que consumes y buscas analizar es parte de las elecciones diarias que hacemos. En pocas palabras, nuestra manera de conducirnos en cuanto a actitudes corresponde a cómo tú ves tus metas.
“Porque si una persona cambia su cautela a sus propias elecciones razonadas y los actos de esas elecciones, al mismo tiempo ganará la voluntad de evitar, pero si cambia su cautela de sus propias elecciones razonadas a cosas que no están bajo su control, buscando evitar lo que otros controlan, se sentirán agitados, temerosos e inestables.”
– Epíteto, Discursos, 2.1.12
Este publicado es de concientización en que, si tú no te esfuerzas por ti, nadie más lo hará y entre más tiempo busques evitar y preocuparte por circunstancias que son ajenas a ti, siempre vivirás en inestabilidad y poca claridad de lo que tú realmente puedes lograr.
El éxito es un estado de preparación mental más que una circunstancia.
¿Te animas en hacer tu lista y compartirla? Cuéntame, para esto existe este espacio que he creado para ti. Comenta tus ideas y y ver cómo puedes lograrlo.
Motívate, organízate y comienza a fluir.
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Esta genial el aporte. Reciba un cordial saludo.
Muchas gracias a ti por pasar a leer. 🙂